Sí vemos las noticias sea en la prensa, televisión o radio nos damos cuenta la violencia que existe, la cifra de muertes por encargos, el sicariato es terrible, los atracos, asaltos a nuestros hogares, violaciones a inocentes y la violencia familiar, son situaciones que vemos a diario, nuestros hijos y alumnos están viviendo de cerca lo que sucede día a día en este mundo que se ha convertido tan hostil y nos horroriza cuanta violencia hay en nuestras aulas.
Pero esta realidad se nos puede escapar de las manos, los medios de comunicación se encargan de informarnos pero al mismo tiempo los padres a veces no prevemos el daño que hace, en nuestros hijos esa información, y todo se vuelve tan natural cuando un niño en nuestras escuelas habla de un sicario que vive cerca de su casa, de robos, de armas, sin ningún temor a Dios ni a nadie.
Recuerdo cuando estaba pequeño mis abuelos y padres me decían que ciertas cosas no se debían hablar delante de nosotros y nos enseñaron a tener temor de hacer algo por que Dios nos estaba viendo, hoy en día lamentablemente no inculcamos temor a los niños desde el hogar, quizás nuestras enseñanzas en el hogar no sean tan sólidas para que hoy en día sea tan fácil quitarle la vida a una persona.
La escuela como ente encargado de formar el niño de hoy, como un individuo integral, con valores, para un futuro mejor, tiene la responsabilidad de buscar estrategias que permitan disminuir la violencia en nuestra sociedad, hogar y escuela. Somos los docentes quienes desde nuestras aulas debemos formar a padres y representantes que tengan la necesidad.
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